La historia de dos tristes masas de pizza congeladas...
Érase una vez una triste pareja de masas para pizza. Eran antisociales, jamás salían de su frío piso, el cual compartían con una cuadrilla de revoltosos guisantes.
Un día decidieron que estaban hartos del clima de su ciudad llamado "congelador", pues caían fuertes heladas a diario, y decidieron salir a conocer mundo. En seguida se dieron cuenta de que su palidez era extrema, tanto tiempo sin ver la luz les había dejado la tez blanca impoluta... Los demás alimentos les miraban y murmuraban sin cesar. La zanahoria le decía al tomate: "Dios mio, has visto qué antiestéticos son esos dos individuos?? menudas pintas que me llevan tía... ¿no serán unos de esos góticos que intentan llevar la cara tope pálida?"
La pareja, harta de tanta crítica, decidió hacer un cambio de imagen radical. Comenzaron por ir al solarium. Pero ya se sabe que las prisas no son buenas... tal era su ansia por coger un poquito de color que lo que en realidad pillaron fue un buen quemazón. Su rojez era extrema, ni que les hubieran rociado de tomate...
Luego vinieron las extensiones. Ambos querían un hair-style de lo más actual. Este fue el resultado.
De repente se acordaron de aquella peli que en su día les pareció ridícula, pero que en la nueva ciudad cobraba mucho sentido. Aquella en la que una chica de moral distraida se pasaba la tarde de compras en tiendas chic... Sí esa, "Pretty Woman"!!
En marcha, a saquear todas las tiendas de la city!! No se privaron de vestidos caros, complementos a la última, maquillaje glamouroso... y voilà!
Tal era su satisfacción que se hicieron un book para poder enseñar a los malvados guisantes con los que compartían piso.
Por último, pensaron que antes de volver a su gélido hogar se merecían unas vacaciones en algún lugar paradisíaco, un lugar cálido. Todos les recomendaron un país donde tendrían el calorcito asegurado, un sitio muy de moda donde pasan los veranos los celebrities de cualquier nevera: Horno.
Y la historia terminó. No hemos querido añadir imágenes de lo que pasó después. Las pobres masas de pizza llegaron a ser tan atractivas que dos terribles monstruos se las devoraron sin piedad.