Qué bien lo hemos pasado en mi querido Ezcaray. Digo mío porque lo siento como tal, como que siempre me ha pertenecido y me pertenecerá, como un cúmulo de recuerdos maravilloso que vivirán siempre en mí. Mi Ezcaray estaba precioso y lo digo por primera vez después de verlo con ojos de adulta y no de adolescente. Paz, naturaleza, rincones mágicos, gente salida de su rutina, vinitos, ambiente... todo eso es mi pueblo.
Es curioso ver cómo disfrutas con cosas que antes no duraban ni un breve suspiro en tu mente. El sonido del río, los verdes paseos, el sabor de un rioja, unas risas con las amigas. No se puede ni debe pedir más. ¿O quizás si? Buscar el único bar del pueblo de Valgañón para tomar una caña después de la caminata y encontrar una preciosa casa rural con su jardín y mesitas.
Con una de las cosas que más nos hemos regocijado has sido con los planes futuros en Ezcaray. Iremos andando hasta el monasterio de Valvanera y compraremos su típico licor, comeremos costillas en Posadas, iremos a la piscina del pueblo a tirarnos de cabeza y jugar al txintxon en las toallas, tomaremos un buen cocktel en el Troyka para calentar la noche... ta gero gerokoak.
1 comentario:
Me ha encantado leerlo, ya tengo ganas de ir!! Nos vemos en SS? Muxutxus laida! :)
Publicar un comentario