jueves, 20 de diciembre de 2012

Viene el fin del mundo y tú con esos pelos

Tengo un par de amigos que cada vez que hacemos una cena, asustan al personal femenino lanzando a los cuatro vientos: "quedan 20 minutos para que se acabe el mundo señoras!! aprovéchense (de mí)!!". Quién les hubiera dicho que este mismo viernes podrán por fin exclamarlo con convicción y que incluso haya quien realmente quiera ejecutar sus deseos...

Nos queda poquito tiempo camaradas... no os quedéis "plasmados" (como diría un personaje erudito de Gandia Shore), todavía se puede hacer algo para terminar nuestros días con intensidad y entusiasmo. Ahí va mi lista de cosas (confesables) que podría hacer de aquí a mañana:

1) Una vida, y en su caso, una muerte sin banda sonora no es ni muerte ni es ná! Permitidme elegir por todos nosotros la canción que nos acompañará en nuestro último suspiro, nuestro grito de guerra.Vosotros concentraos en aprender la letra, para así, morir cantando todos al unísono. El que se queje por la tarea encomendada, que recuerde la cantidad de neuronas que se le inmolaban cuando se enteraban de que el examen de historia de bachiller era al día siguiente y la capa de polvo que tenían los libros era como para matar a un asmático. Eso si que era un cataclismo y no la tontería de mañana.

Y si no morimos, hacemos la revolución, que la canción nos vale igual.





2) La mitad de los lectores estáis pensando en "eso" y la otra mitad en beber hasta el agua de los floreros desde ya. Pues bien, la parranda la dejaremos para mañana. Razones:

- Tomás, nuestro santo predilecto, viene de visita. Debemos recibirle como se merece, chistorra y baso de sidra en mano.

- Qué mejor que pasar al sueño eterno en modo "estoy tan incosciente que bailaría una de Juan Magán con la misma muerte".

- Morir en compañía de Resaquez no es buena idea (aunque puedes llegar a estar tan perjudicado que tus mejores opciones sean que te claven un cuchillo o llegue de una vez la apocalípsis).


3) En el momento de empezar a tomarme en serio que la voy a palmar, me iría a la punta de un monte (Ulia por ejemplo, y en coche, que para malgastar energía tampoco estamos) a gritar con todas mis fuerzas. Ya sabéis, palabrotas y esas cosas...

4) Ahora sí. Por fin puedo llenar una bañera de nata y comérmela mientras buceo.

5) Engullir un mentos y luego trago de coca-cola. Nooooooo, que puedes moriiiiiir!!! Ese es el menor de mis problemas...

6) Bailar el Gangnam Style subida en cada una de las barras de los bares de Donostia. Atuendo: vestido de kaxerita. Y se de buena tinta que más de una me acompañaría...ellas también lo saben.

7) Declarar la guerra a los de alrededor por sorpresa mediante lanzamiento de albóndigas con tomate y gritando "el fin del mundo ya ha llegadooooo!!!".


Vaya, nunca me había apetecido tanto que se acabara el mundo...

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